jueves, 24 de noviembre de 2016

SEPTIMO SENTIDO



A veces tengo una vaga sensación,  son esas sensaciones que son concretas pero vagas.
Es muy difícil manejar sensaciones y premoniciones pero, la confirmación certifica la sensación.
Cuando me viene esa cosa que, no sé cómo llamarla,  me siento mal.
Yo la llamo séptimo sentido que, no es ni más ni menos, el sentido común.
Cuando una persona tiene y sostiene ese sentido común, se lleva mal con la vida, hasta con los llamados amigos.
No encuentro gente como yo que sostenga el sentido común a rajatabla; lo que encuentro son manojos de personas sumisas y sumidas en un rol que no les pertenece.
A esos manojos de personas los siento como gente acostumbrada a la mediocridad de un sistema que nunca correspondió a su idiosincrasia; el manojo no piensa, solo existe.
Parece que no comprendieron a Descartes y al filósofo hay que comprenderlo pero, al revés.
Para pensar se debe existir y no se existe porque piensa.
Ese séptimo sentido es porque se piensa y se piensa porque se existe y se tiene conciencia porque los seis sentidos están en puro equilibrio y armonía con la propia mente.
Los factores externos que interrumpen la armonía, se llama stress, que cuando es mucho, se rompe la armonía y causa depresión que lleva al suicidio o lleva a un cáncer fatal.
Lamento que falte sentido común, que toda una sociedad se dedique al consumo y a la sumisión de las marcas, objetos y a la comunicación con malas letras.
Háganse autodidactas porque la educación dejó de existir;  las personas son malas por una errónea interpretación de Descartes.
Realmente… Lo lamento.
JOSÉ LUIS SENLLE.

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