lunes, 27 de febrero de 2012

DE LA DICTADURA A UN GOBIERNO PARLAMENTARIO


El 23 de diciembre de 1975, recuerdo haberle preguntado a mi madre si al otro día sería la noche buena; le hice esa pregunta porque a mis nueve años veía en vivo y en directo el ataque sufrido el batallón 601 comandante Viejobueno de Monte Chingolo, vivíamos a seis cuadras; el ejército argentino defendiéndose de unos locos que habían tomado el batallón para el secuestro de armas; me llamó la atención los proyectiles que descendían desde helicópteros, eran como balas de fuego desde las alturas hacia el campo, el combate duró pocas horas; luego de eso, el silencio.
Pasaron noventa días del espectáculo macabro, el barrio hablaba de los muertos, de los colectivos de línea incendiados en la esquina del mi casa, de las mujeres y hombres jóvenes que habían fallecido por una causa que ellos creían justa; me explicaron que ganaron los justos. El golpe militar fue el 24 de marzo de 1976, luego de un ultimátum de verano para poner “orden” en la nación.
Luego de ocho años de terror estatal, paraestatal y civil; sobrevivimos a todo eso, vi la quema de un ataúd por parte de un político de provincia de Buenos Aires y mi certeza de que las elecciones las ganaba un padre que nos cuidaría, que nos abrazaba a todos. Alfonsín tenía cara de buen tipo. Concuerda con mi ingreso a la facultad de medicina, pulcra, limpia y sin ruidos molestos que al poco tiempo se transformó en un gran comité político, Franja Morada contra la lista Recuperación del partido comunista; decidí estudiar para salir rápido de ese antro de rejunte de ideas antiguas, lo único que tenía bueno la facultad era la cantidad de maestros y profesores sabios y con ganas de enseñar.
El pobre Alfonsín quedó solo ante planteos los militares, civiles, saqueos y tuvo que pactar en “democracia” su retirada del poder ante la plana mayor de viejos políticos que deseaban hacer otra cosa con argentina.
Vino Menem y las privatizaciones, continuación de un régimen militar dado desde diciembre del 75; regaló el país a gente que nadie conocía, todavía estamos buscando la plata de lo vendido o entregado.
Pasaron dos periodos gobernados seis años en el primer periodo y cuatro en el segundo, diez años de total desarme del estado, continuación de una política anemizante, es como si a Don Carlos Saúl lo hubiesen mandado a hacer lo que hizo, “Menem lo hizo”, la convertibilidad, “el deme dos”, los viajes a Miami, la estupidez de irse de viaje con el dinero de la venta de las joyas de la abuela, el vivir el hoy con pizza y champagne, buscar libros de Sócrates y el mejor libro era “El príncipe”, las más lindas estaban en tv y eran mujeres del presidente; más muerte y destrucción, atentados a la embajada y a la mutual, muy sospechoso lo que le ocurrió al hijo del presidente; jueces comprados, sindicatos separados y vendidos, la debacle del último tiempo hasta el año 1999.
Terminó el descalabro la esperanza cayó sobre un marmota y un rejunte de comerciantes que no pudo hacer nada sino continuar con un plan de desmadre económico y financiero impuesto por el gobierno de Menem; se cambió la pizza por el sushi, un vicepresidente que renuncia prometiendo luchar desde afuera y finalmente muere en política con sus promesas, el corralito; Cavallo con su convertibilidad devaluada, cacerolas en la calle, estado de sitio desobedecido, muertos por la policía y el helicóptero que salía cobardemente desde el techo de la Rosada.
El poder recae en una junta de sabios, viejos idiotas que se perpetuán en sus puestos por viejas listas sabanas y en una semana pasaron cinco estúpidos que se creian saberlo todo, uno de los cráneos decreta “falta de dinero” para pagar deudas y el aplauso de un “honorable” congreso que dice que “estamos de acuerdo”, lo echaron al otro día, ni se dio cuenta que lo usaron para eso.
La política de devaluación del ex vicepresidente de Menem, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, decreta convertibilidad de tres a uno; aumento de la pobreza, pacificación nacional y muertes en Avellaneda. Eligió como mi candidato a un patagónico.
El patagónico nunca pudo ganar una elección nacional, sino fuera por el retiro pactado de Menem en aquella elección del 2003, donde estaríamos ahora.
El gobierno de Néstor Kirchner se caracterizó al igual que el de Menem, con “El príncipe” en mano, malinterpretando a Don Nicolás Maquiavelo, por un gobierno feudal, al mejor estilo Lorenzo de Médicis, comprando tropa para defender lo que no existe: la patria dividida, ellos contra nosotros; Clarín miente; los oligarcas sojeros; la 125; Jaime y sus aviones; trenes; barcos casinos y un cúmulo de mercenarios pagos con puestos estatales; corrupción y muerte con el agregado de desaparecidos en la “democracia”. Néstor se murió, al igual que Giuliano de Médicis, “con un puñal en el corazón”, solo faltó la catedral de Santa Croce, pero tiene su mausoleo.
Antes de su muerte, deja la “heredera”: no aprendió nada, pobrecita, vestido negro, cicatriz en el cuello, sin medidas a tomar; a su gobierno lo manejan una serie de inescrupulosos, soberbios que al más mínimo reparo catalogan como “gorila”, pobres muchachos que no saben qué hacer con lo que el pueblo les dejó y se creen que haciendo negocios que abultan sus bolsillos hacen bien, no faltan estimulantes por todas las vías para poder sostener una mentira que viene desde los años setentas.
No me propongo cambiar la historia; lo hecho, hecho está, lo perdido ya no se recupera. Solo la ayuda de todos los que queremos cambiar el país para nuestras generaciones venideras podemos hacerlo.
Propongo una reformulación del estado basada en la educación y la empatía, trabajo que llevará tiempo y recursos; seguridad basada en todas las fuerzas de seguridad existentes; proyectos con viabilidad y sostén en el futuro. Propongo el camino correcto mediante el consenso de todos; propongo un gobierno parlamentario, con verdaderos expertos que sepan decidir a favor de nuestro país y no pensando en el bolsillo de cada uno, no queda otra que pensar en argentina insertada en el mundo. Ya es hora de abolir la monarquía.

José Luis Senlle
www.jsenlle.blogspot.com

1 comentario:

daniel pena dijo...

Buenísimo. Hay que seguir en la senda.
Abrazo x 3